Entre montañas, pinares y curvas con encanto se esconde uno de los secretos mejor guardados de la provincia: el Balcón de Alicante. Un mirador espectacular, ubicado en la Sierra del Maigmó, que regala una panorámica alucinante de todo el interior alicantino… y, si el día está despejado, hasta del mismísimo mar Mediterráneo.
Ideal para los que buscan planes distintos durante sus vacaciones en Alicante, alejados de la costa pero igual de mágicos.
¿Qué hace tan especial al Balcón de Alicante?
No es solo lo que se ve, es lo que se siente. Desde este punto, a más de 1.000 metros de altitud, tienes una vista privilegiada de valles, montañas y pueblos salpicados entre verdes y ocres. Es un lugar perfecto para respirar aire puro, sacar fotos de escándalo o simplemente sentarte a no hacer nada mientras la naturaleza hace su magia.
Además, es una parada muy popular entre ciclistas, senderistas y amantes del motor, así que el camino ya es parte de la experiencia.
¿Cómo llegar desde Hostal La Lonja?
Desde nuestro hostal en el centro de Alicante, solo necesitas unos 35-40 minutos en coche para plantarte en este mirador. Aquí te dejamos una ruta fácil:
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Sal desde Alicante por la A-77 en dirección a Castalla.
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Toma la salida hacia Agost y sigue por la CV-827.
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Una vez en Agost, sigue las indicaciones hacia la carretera CV-815.
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A partir de ahí, el camino se vuelve más montañoso. No te preocupes: hay señales hacia el Maigmó y al poco verás el desvío al Balcón de Alicante.
El acceso final es una carretera estrecha pero asfaltada, que te lleva justo hasta el mirador. No es necesario hacer ninguna ruta a pie, aunque si te animas, hay varias sendas por la zona para estirar las piernas con vistas de postal.
¿Un plan diferente en tu escapada a Alicante? Hecho.
Desde Hostal La Lonja, puedes descubrir no solo las playas y la ciudad, sino también lugares como este: llenos de calma, belleza y autenticidad. El turismo en Alicante no se vive solo en la arena… también se disfruta en lo alto de una montaña, con el mundo a tus pies.
Hotel en Alicante con alma local, escapadas naturales a tiro de piedra y experiencias que no encontrarás en ningún paquete turístico. ¿Qué más se puede pedir?