Existen infinitos motivos para visitar la ciudad de Alicante. Sus playas y su buen clima son las más conocidas, aunque no las únicas. El fin del mes vacacional por excelencia coincide, generalmente, con las primeras vendimias en esta provincia. Tierra de Moscatel y Monastrell, dos variedades de uva para vinificar (que conviven con numerosas más), a finales de agosto ofrece una de las estampas más preciadas, los viñedos de Moscatel de La Marina Alta, con sus racimos bronceados por el sol y la brisa marina, y la vendimia, ese momento de definitivo en que se recogen las uvas, llenando los campos de vida, con el Mediterráneo de fondo.
Los vinos de Alicante están recuperando paulatinamente el lugar destacado que ocuparon durante siglos y las bodegas que se encuentran por toda la provincia son un destino turístico idóneo. Visitas a sus instalaciones y paseos por los viñedos en los que se organizan catas y degustaciones son atractivas propuestas para quienes disfrutan de los vinos, además del paisaje, la cultura y la historia de sus gentes.
Y si en agosto empieza la vendimia de la Moscatel, la uva blanca con la que se elaboran los famosos vinos dulces y mistelas de La Marina Alta, en septiembre y octubre le tocará el turno a la Monastrell, con la que se elaboran excelentes vinos tintos.
La mayoría de bodegas alicantinas ya forman parte de la impresionante oferta de enoturismo que puede disfrutarse. Compartimos algunas de ellas:
www.vinsdelcomtat.com/es/enoturismo
www.bodegasmendoza.com/enoturismo.html
www.bodegasgutierrezdelavega.es/es/content/8-visitas-enoculturales
www.bodegasxalo.com/es/content/37-visitas-guiadas-y-catas